Trague saliva. Sinceramente no aguantaba a ese hombre. Habría preferido mil veces a Veone que a aquel monstruo que tenia delante miá.
-Así que lo niegas.- dije decisiva.
-Por supuesto.- dijo el mas tranquilo e inspeccionándome con esos ojos grises y ambiciosos.
-Pues, ¿sabes que?- deje pasar unos segundos.- No te creo. - la adrenalina seguía corriendo por mis venas e iba a aprovechar esos impulsos que sentía.
-Me es de la menor importancia lo que pienses.
-Pues no debería sabiendo el miedo que me tienes. - el soltó una de sus carcajadas irónicas.
-Cuanto te equivocas. Yo no te tengo el mas mínimo miedo. En realidad, no siento nada por ti. Eres un estorbo en mi camino y que si por mi fuera ahora mismo ya no existiría. -asentí comprensiva pero sin dejar de provocarlo.
-Yo no he venido aquí para que tu me cuentes tus sentimientos, he venido aquí para saber la verdad y se que tu escondes algo y te juro que voy a descubrir lo que es.
El se quedo callado, como los demás presentes.
-Pues que tengas suerte en el intento.- susurro.
Ahora la que se quedo callada fui yo.
-¿Por que quieres matarme?- tenia la respuesta de esa pregunta pero eso no eran razones suficientes como para acabar con la vida de alguien o como para tener ese comportamiento tan áspero hacia el.
-Por lo que eres. Por lo que representas. ¿Quieres mas razones?
-Lo que me has dicho no es suficiente.
-¿Ah no? Bueno pues porque no te convences tu misma.- estaba echando llamas por los ojos. -¡Venga! Muestra lo que puedes hacer. Desea que esa
mesa se estampe contra la pared. ¡Hazlo! Tu misma sabrás de lo que te estoy hablando.- me grito y me señalo su escritorio. Lo mas malo de todo eso era que tenia razón, puede que no en todo pero la tenia. Intente reprimir un sollozo. Después me gire y la puerta se abrió dándome camino a escapar.
Desaparecer de allí.
Después de salir eche a correr por el pasillo ya no tan repleto de gente hasta pararme enfrente del ascensor.
Estaba en la segunda planta por lo que tardaría unos segundos en venir.
Lander me alcanzo enseguida. ¿Lander? Esperaba a otra persona pero la sensación de que Lander se preocupara por mi me hacia sentir mejor.
-¿Te encuentras bien?- me pregunto poniendo sus dos manos en mis hombros ya encorvados y dados a la rendición. Negué con la cabeza.- Su majestad se a pasado pero no creo que haya sido intencionadamente.
-Eres tan bueno y...ciego a la maldad de la gente. -El bajo la mirada y el ascensor se abrió.
-Te llevo a casa.
-No hace falta, conozco el camino.
-Me siento mas seguro acompañándote.
-¿Ya a mandado Edgar a sus tropas para que me maten?- el sonrió.
-No dispone de ellas.
-Pues no me extrañaría que ,por la causa, las reúna. - el sonrió de nuevo pero con una sonrisa completa y amigable. No era la típica que exponía, que parecía que lo único que quería hacer era enamorarte de el.
Entramos y Lander marco la planta baja donde debería encontrarse su coche.
-Mi padre hablara con su majestad y le hará cambiar de opinión. No creo que vaya a actuar de nuevo de esa manera y no creo que vuelva a pedirte que demuestres tu don.
-¿Don? ¿Desde cuando a la brujería se le llama don?- dije sarcásticamente. Pero después todo paso como un relámpago por mi cabeza. Me acorde de la escena que presencie hace unos segundos.
Edgar había dicho “ Desea que esa mesa se estampe contra la pared.”
-Espera un momento.- dije haciendo la señal de stop con las manos.
-¿Que pasa?
-¿Tu sabes como las brujas logran hacer magia?- pregunte con voz indiferente pero la creciente presión en mi no podía dar buen resultado.
Lander negó con la cabeza.
-No, yo nunca supe como lo hacían y si alguien lo supiera nunca me lo comento. En realidad, nadie sabia como lo hacían excepto ellas mismas. ¿Pero que pasa?
-Tu abuelo es un mentiroso, Lander. Es un experto en los engaños.
-¿Por que dices eso?
-Porque tu abuelo si que sabe como yo y todas las brujas logramos hacer magia.
-No, eso no puede ser posible.
-¿Por que? Es posible. Edgar esconde cosas. El dijo “desealo” y eso es lo único que tengo que hacer para que pueda conseguir mi propósito.
-Pero eso podría haberle salido así sin mas. No es algo muy complejo de imaginar.
-Pero en términos completos seria difícil de que te llegue esa palabra así de repente para usarla en una frase como esa.
-Si, pero es posible que si tu se lo hubieras dicho a mi tía o a mi padre, digo Zahary,- se corrigió.- y que después ellos se lo hayan contado a su majestad. Es lo mas probable.
-Pero no es muy posible.- el suspiro sabiendo que no me daría por vencida. Ya habíamos salido a un pasillo con una puerta al fondo y yo estaba parada como una farola pensando.
-Relajate. Despeja tu mente de todo esto. Sera lo mejor para ti. Disfruta mientras Veone no viene a molestarte.
-Si, creo que sera lo mejor.- dije quitándome el pelo de los ojos. Le mire y el me sonrió de nuevo con su sonrisa mas común.
El me paso el brazo por los hombros y fue yendo conmigo hasta la puerta. La abrió y vi una exposición de coches en un gran parking. Ahí tenia que haber al menos unos 30 coches. Lander fue hasta el cuarto y sacando una llave de su bolsillo lo abrió.
Me invito con la mirada a subir y yo le obedecí. Era un ferrari rojo que le venia como anillo al dedo a Lander.
-Bonito coche.- dije sonriendo.- Últimamente me estoy montando en los coches mas lujosos de Coorksey Fars.
-O de Londres.- sugirió el arrancando. Cuando salio a la calle me miro sonriendo y queriendo algo con sus ojos.
-Hablame de ti. Tu a la mañana me hiciste un interrogatorio- que preferiría no recordar.- a mi y ahora es mi turno.
-Pues...yo era una chica aparentemente normal antes de que llegarais vosotros. Tenia una vida tranquila, demasiado tranquila diría yo. Me llevo genial con mi hermano, algo que en pocas familias pasa y aunque no veo mucho a mi madre la quiero con todo el corazón. Después están mis amigos que son prácticamente mi vida. Están Alex y Nicol que son mis mejores amigos y después esta mi pandilla de amigos a los que adoro.
-Una vida como la de cualquier adolescente.- me dijo suspirando. Yo asentí.
-Y una vida que habría preferido seguir teniendo.
-Nadie te lo impide.
-¿Seguro?- el sonrió.
-¿Como consigues volverme loco?- me pregunto aun con la sonrisa flotándole en los labios. Me encogí de hombros sonriendo también.
-¿Estas segura de que esta noche no necesitas protección o ayuda?- me pregunto burlándose.
-Mas que segura.- aunque lo dije bastante seria, mas de lo que pretendía. Me hacia daño estar tan bien con Lander e incluso olvidarme por momentos de Zahary. Antes eso era imposible para mi pero desde la llegada de aquel individuo mi vida tomo un giro inesperado.
-¿Que pasa? ¿Tengo algo en la cara o son mis ojos? Que con la luna cambian, mucha gente me lo a dicho hasta ahora. Dicen que se vuelven mas luminosos como...
-El cielo en verano.- complete fijándome en sus ojos.
-Exacto.- me miro entre la duda y la sorpresa.- Asique eran mis ojos, ¿eh?
-No. Eres tu en general. Eres tan irreal como lejano. Me estoy acercando mucho a las llamas.
-¿Ah si? ¿Y Zahary es el extintor?- pregunto sin ninguna burla en su voz.
-Yo diría que el bombero. Suena mejor.- bromee intentando relajar la situación. El bufo.
-¿Y si cambiamos de papeles? En todo caso tu seguirás siendo la damisela en apuros, pero en vez de que yo sea el fuego quiero ser el agua. Que ningún daño te puede hacer y que Zahary sea el fuego.
-Desafiando a los elementales.- dije.
-Exacto, por tu salvación. -eso ultimo lo dijo susurrando.
-No es que tu historia no vaya mas lejos de la realidad.- comente.- Solo que el peligro no es Zahary sino Edgar. Ese hombre hace que me estremezca por dentro.
-No deberías temerle. No es mas que un viejo rey conservando sus ansias de poder y sin la posibilidad de superar lo ocurrido. Siento que el te envidia, quiere saber porque tu eres la elegida. Quiere saber porque tu puedes hacer lo que nadie puede.
-Yo no se lo que puedo hacer pero si Veone llega a decirme su propósito yo creo que lo cumpliría. Antes, asegurándome de que no voy a hacerle daño a nadie.
-Y yo estaré allí para protegerte de cualquier peligro mientras tu cumples con tu tarea. - le sonreí amistosamente.
Ya estábamos delante de la puerta de mi casa. Suspire y antes de que Lander saliera abrí mi puerta y le mire levantándome. El también salio y vino hasta mi. Le sonreí nuevamente y el me devolvió la sonrisa.
Llegamos a la puerta sin decir una sola palabra. Me gire confusa hacia el. No quería despedirme con un simple adiós. Trague saliva y le dije.
-Lo siento. Lo siento mucho, no quiero hacerte pasar por esto. - ¿Cuantas veces había dicho estas palabras ya? - Se que es muy duro para ti.
Me gire de nuevo hacia la puerta evitando su mirada.
El me cogió de la muñeca y me hizo girar. No le mire y contemple el suelo.
-Mis ojos son ciegos a todo, ya no ven nada mas...has logrado que te ame, te la has jugado y has ganado el final. He dejado de ser mármol para hundirme en la fuente del fuego del deseo que despiertas en mi con tus ojos.- paró un momento y puso una mano en mi barbilla haciéndola subir para que le mire.- Levanta, levanta la mirada y mirame; soy feliz gracias a ti.
Después de mirarle cerré los ojos para reprimir las lagrimas. Puse una mano en su mejilla y le di un beso en la otra. Me gire de nuevo y metí la llave en la cerradura. La hice girar y entre sin mirar atrás. Suspire al haber cerrado la puerta y me dirigí al salón. Esa noche por lo visto no había nadie en casa.
Subí a mi habitación y hice la tarea que me había quedado retrasada de días anteriores, intentando de ese modo despejar mi mente.
Después hice unos formularios del club de Literatura para que la pobre Anabella no cargue bon todo. Desde que los mellizos se apuntaron a mi club medio instituto quería intrigar en el.
Fui a la cocina y abrí una lata de refresco me la bebí sin haberme dado cuenta de la sed que tenia y después cogí un filete de pescado en lata y me lo comí en unos pocos minutos.
Kel13 no tardo en llegar. Creo que había salido con Aurora y si no había sido ella en su lugar habría estado Mary o la ex chica mas popular, Chelsea.
Mi hermano siempre había creído en la jerarquía del estudiante y la adoraba pero eso era porque no se daba cuenta de lo que pasaba alrededor suya. No apoyaba el bulling ni mucho menos, era defensor de los frikis y los marginados por eso hace poco había tenido serios problemas con Dylan.
Llego a la cocina después de unos minutos y ya estaba vestido con su pijama.
-¡Ya has venido!- anuncio. Expuse una media sonrisa a modo de saludo y el se sentó en la mesa, no sin antes coger los cereales de un cajón a la derecha.- ¿Donde has estado? No me lo digas, ¡en la casa de los mellizos! Seria un autentico milagro que me equivoque.
-No.- dije y el puso los ojos como platos comicamente.- No te has equivocado.
-Eso es mas comprensible.- dijo suspirando.- ¿Cuando te vas a dar cuenta del peligro que corres allí? - me encogí de hombros con la mirada perdida.
-Mientras Zahary y Lander sigan allí yo no puedo faltar a la torre.
-Lander es el nuevo, ¿verdad?
-Si.
-¿Te has enamorado de el?- pregunto con el ceño fruncido.
-Creo...- dije y me sentí mal. Yo no era una persona así. No podía hacerle daño a dos personas a la vez solo por el capricho de amarlos igual.- Si ,le amo.
-Que cosa mas extraña, aunque me sucedió una vez cuando era pequeño. Al final decidí pasar de las dos pero no creo que tu seas de esas.
-No lo soy.- confirme. Después de un largo rato volví a hablar levantándome. - Bueno, yo voy a acostarme, Kel. Buenas noches.- Fui hasta el y le di un ligero beso en la mejilla.
-Ojala esta noche tengas suerte.
-Gracias.- susurre sabiendo que se refería a Veone.
Subí al trote las escaleras y me metí en mi habitación. Ese día se me había hecho interminable y había sentido una mezcla de sensaciones increíble.
Me tumbe sin las ganas suficientes de cambiarme de ropa.
Me dormí en cuestión de segundos, esta vez si que apareció Veone. Me sonrió amistosamente y también a modo de disculpa.
-¿Por que no viniste anoche?
-Es muy pronto como para que lo descubras ahora.- decidí no echarle mas leña al fuego.
-Lo que me dijiste sobre Lander, Edgar lo niega todo.
-Edgar es un gran mentiroso.
-Lo se. Ademas, el sabe como consigo hacer magia.
-El tiene prácticamente todas las respuestas que necesitas excepto la esencial pero antes de que te la diga quiero avisarte de que tienes que alejarte lo mas lejos posible de Edgar. Ese hombre aun sabiendo lo que representas tiene las ganas de matarte y eso es peligroso no solo para ti sino para el mundo entero.
-¿Por que se niega a mi existencia?
-Porque siente miedo y celos.
-Pero, ¿por que miente también a sus hijos y a su nieto? Eso no tiene sentido.
-Porque no los quiere y porque sabe lo que sienten por ti. Ese hombre no ama a nadie, créeme. Una vez creí que Ariana era la única que había entrado en su corazón pero ni ella lo había conseguido.
Suspire y antes de que pudiera hacer mi siguiente pregunta usando las palabras ella me contesto.
-Tienes a Lander. El mismo te dirá lo que eres.
-¿Por que Lander es tan especial para mi?
-Por que nunca a pasado una cosa así. Jamas habíamos visto algo semejante. Vosotros dos estáis llegando a un limite extremo, algo que no se donde tiene las murallas.
-¿Y Zahary? ¿Le quiero menos?
- No lo se, esa respuesta solo la tienes tu. Tus sentimientos son únicos, Lisa y cuando digo únicos es porque de verdad lo son. Ningún humano puede sentir lo que estas sintiendo tu en estos momentos. Eres única y créeme que nadie puede superar la intensidad de este amor.